"El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe “en grupo”, nunca el héroe individual, el héroe solo" (Oesterheld, El Eternauta)

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Policial clásico y policial negro

Dr. Watson y Sherlock Holmes 

El relato policial clásico

Los orígenes del relato policial pueden ubicarse en 1840, cuan­do el escritor estadounidense Edgar Allan Poe (1809-1849) publica sus cuentos "Los asesinatos de la calle Morgue", "La carta robada" y " El misterio de Marie Roget", que tienen como protagonista al de­tective Auguste Dupin. En estos relatos, Poe establece, sin saberlo, las reglas básicas de lo que luego se llamó "policial clásico o de "enigma". Los elementos infaltables en estos cuentos son:
a) Un crimen, del que se desconoce quién, cómo y por qué lo cometió, y que se presenta como un enigma irresoluble.
b) Un detective de inteligencia destacada, que investiga y re­suelve el caso a pedido de la policía. Con este personaje colabora un fiel compañero, que escucha sus razonamientos y deducciones.
c) Una serie de pistas o indicios, aparentemente inconexos, que le sirven al detective para descubrir al delincuente.
d) La resolución del misterio, la identificación del culpable y la explicación, por parte del investigador, de cómo llegó a la verdad.
Casi cincuenta años después de Poe, el escocés Arthur Conan Doyle (1859-1930) crea la famosa dupla del detective Sherlock Holmes y su ayudante, el doctor Watson, que protagonizan Estudio en rojo (1887), la primera de una larga y exitosa serie de novelas aún vigentes entre los lectores del género.
Monsieur Poirot, interpretado
por el actor David Suchet
Los detectives Dupin y Holmes reúnen características que de­finen el estereotipo de investigador del policial clásico, que reapa­rece a lo largo del siglo XX (por ejemplo, con Monsieur Poirot, el per­sonaje de la inglesa Agatha Christie). Estos persona/es suelen ser excéntricos, cultos y brillantes; se relacionan con la "alta sociedad"; y toman la investigación como un reto a su inteligencia. Son intelectuales que aplican métodos racionales, principios científicos y técnicas modernas basadas en variados conocimientos.
Después de acudir a la escena del crimen, observar los deta­lles, interrogar a los testigos y reunir evidencias, estos detectives se retiran a su hogar a pensar y a relacionar las piezas de información con que cuentan, o realizan diligencias incomprensibles para sus ayudantes y para los lectores, pero que cobrarán sentido cuando expliquen cómo resolvieron el caso. Ese aislamiento —y la omnipotencia intelectual que manifiestan— siempre les dan cierta inmunidad: el lector sabe que estos héroes nunca corren peligro.

El policial negro

A comienzos de la década de 1920, nace en los Estados Uni­dos una corriente del género conocida como "policial negro" o "duro". Algunos de los escritores más renombrados de esta vertiente son Dashiell Hammett y Raymond Chandler, creadores de los per­sonajes de Sam Spade y Philip Marlowe, respectivamente. Este ti­po de detectives se diferencia de los del policial clásico en que vive de su trabajo y se lanza a las calles: la investigación lo lleva por ám­bitos sociales diversos; frecuenta los bajos fondos y enfrenta enga­ños que ponen en peligro su vida. Suelen ser ex policías en deca­dencia, que conocen los códigos del mundo del delito; actúan ba­sándose en la lealtad y son incorruptibles.
Humphrey Bogart (a la izq.) interpretando al detective Sam Spade en el film
El  halcón maltés, basado en la novela homónima de Dashiell Hammett.
El policial negro no se centra en el enigma en sí, sino en la re­presentación de una sociedad corrupta y de una compleja trama de intereses, poder y dinero, que opera detrás del delito. Por eso, en estos relatos aumentan el suspenso y la incertidumbre: los detecti­ves no son infalibles y el lector no sabe qué ocurrirá con su héroe en el siguiente capítulo, ya que, en ese mundo de violencia urbana, mafia y complicidad de los poderosos, rige la ley del más fuerte.
El surgimiento del policial negro se vincula a su contexto his­tórico y social. En la década de 1930, los Estados Unidos se vieron inmersos en una gran crisis económica y social, a partir de la caída de la bolsa de Wall Street en 1929. La economía se derrumbó y sur­gieron profundos conflictos sociales generados por la desocupa­ción. La "ley seca", que prohibía comercializar y consumir alcohol, alimentó un mercado paralelo manejado por organizaciones crimi­nales. Las mafias disputaban verdaderas guerras por el dominio del negocio del alcohol, el juego, las drogas y la prostitución, con la complicidad de parte del poder político y policial.
Las historias del policial negro hablan de una sociedad que perdió sus valores fundamentales y en la que la ley fue reemplaza­da por los negocios turbios. En ese contexto, los detectives ya no in­tentan restablecer el orden, sino simplemente hacer su trabajo.
El policial negro tuvo su auge en la década de 1930. Algunos de sus títulos clásicos son Cosecha roja (1929), de Dashiell Hammett; El cartero llama dos veces (1934), de James M. Cain; ¿Acaso no matan a los caballos? (1935), de Horace Mac Coy, y El sueño eterno (1938), de Raymond Chandler.


ACTIVIDADES PROPUESTAS:

I) Leer el cuento "
Los asesinatos de la calle Morgue" y responder las siguientes preguntas:


  1. ¿Cuáles son las características de este relato que permiten clasificarlo como "policial"?
  2. ¿Qué relación tiene el título del cuento con la historia narrada?
  3. ¿Cuáles son las distintas hipótesis sobre el crimen que se presentan?
  4. ¿Qué indicios le permiten a Dupin descubrir quién y cómo se produjeron los asesinatos?
II) Ver la película "El halcón maltés" y señalar los elementos que hacen de la misma un "policial negro".

III) Ver un capítulo de la serie televisiva "Hermanos y detectives" y señalar a qué tipo de policial pertenece. Justificar la respuesta.

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