"El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe “en grupo”, nunca el héroe individual, el héroe solo" (Oesterheld, El Eternauta)
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jueves, 13 de diciembre de 2012


La sentencia contra Marita o ésta es la justicia que tenemos








Escribo esto con profunda bronca a la hora del cierre, quede claro. No quiero dejar pasar la furia que siento y que sé, me consta, veo y palpo que sienten en estas horas de dolor millones de ciudadanos y ciudadanas en todo el territorio nacional.
Para sorpresa y espanto del país entero (el país decente, digo, el que mayoritariamente no es corrupto) todos los acusados por el caso Marita Verón fueron absueltos en Tucumán en esta noche ominosa de la Argentina, en una decisión judicial obviamente sospechable de lisa y llana y flagrante corrupción.
Esta es la justicia (desde ahora la escribo con minúsculas) que tenemos. La que impera mayoritariamente en nuestro país. Unica institución republicana que no fue democratizada en serio desde la recuperación de la Democracia. Y que junto con sus socias, las malditas policías y los malditos servicios penitenciarios provinciales, son las únicas que conservan intactas todas las taras formales y esenciales que les inculcó la dictadura.
Porque la democracia significó profundos cambios institucionales en casi todos los órdenes: militares, educativos, de relaciones exteriores, de economía, de sociedad. Pero lo que no se tocó, ni se toca todavía, es lo que huele a podrido. Y este “fallo” –es un decir perfecto: fallo– está llenando de hedor a la Nación entera.
A sabiendas de que toda generalización es injusta y peligrosa –y en conocimiento de que hoy mismo se conoció el noble pronunciamiento de más de 200 jueces, fiscales y defensores públicos que emitieron un contracomunicado que desdice a ciertas catervas de jueces y camaristas viajeros a Miami por cuenta de empresarios, y a los lobbistas marrulleros del Colegio de la Magistratura y a los de esa de nombre imposible Comisión Nacional de Protección de la Independencia Judicial– yo me siento esta noche tentado de homologar esta maldita justicia a las malditas policías.
La que condena nuevamente a Marita Verón y nuevamente procura destruir a Susana Trimarco (pero a la que en realidad e involuntariamente enaltece) es la justicia que hay que cambiar de una vez y yo quiero ver si los opositores tendrán huevos para hacerlo, e incluso si el Gobierno los tendrá, todo sea dicho.
Cambiar de una vez los procedimientos y los plazos; cambiar de una vez el engolamiento y la pretendida santidad de los magistrados; cambiar los tratos y rótulos del siglo XIX para que las Señorías engoladas de hoy que no pagan impuestos empiecen a pagarlos como cualquiera de nosotros, que laburamos y sostenemos este país con esfuerzo y decencia. Y así acabar con mitos como el de la “familia judicial” y el de que los trapos sucios se lavan en casa.
Esa es la justicia que a mí, empleado durante cuatro años en el Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chaco y joven estudiante de Derecho en la Universidad Nacional del Nordeste –y lo digo por primera vez públicamente–, me llevó a abandonar cuando tenía 21 años la profesión que yo amaba y había elegido a los 16.
Hay que dar los nombres de estas tres “señorías” tucumanas de las que el mismísimo gobierno de José Alperovich sería bueno que dijese su opinión públicamente. Son ellos: Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano. Yo no sé si sus conciencias, si las tienen, los podrán juzgar. Y no me importa. Pero nosotros, la ciudadanía, sí. En democracia y en paz, serena pero definitivamente, tenemos que condenarlos éticamente, a la vez que vincularlos con los mencionados colegios, juntas, consejos, asociaciones y demás grupos corporativos que sólo son puro lobby, para decirlo clarito.
No tienen vergüenza y esta noche en que celebran todos los miles de prostíbulos del país, y todos los proxenetas, y todos los mercaderes de carne humana, y todos los hijos de puta de la trata, y perdóneseme la furia textual, nosotros, los que sí tenemos vergüenza y somos la inmensa mayoría de este país atormentado, por eso puteamos. Por eso LOS puteamos. Con la misma fuerza y convicción con que abrazamos a Susana Trimarco y esperamos un día abrazar a Marita Verón y a todas las Maritas que fueron y seguirán siendo, por desdicha, gracias a estos infames protectores de tratantes de personas.
Malas noches, Argentina.

Fuente: Página 12 

miércoles, 1 de agosto de 2012

GORE VIDAL


Leemos en Télam:


Murió el escritor y ensayista Gore Vidal, un crítico mordaz del estilo de vida americano



El escritor, una de las figuras literarias de Estados Unidos más importantes, murió a los 86 años en California por una neumonía. Su obra está regada con observaciones mordaces sobre la política, el sexo y la cultura estadounidense que le enfrentó a sus rivales.
Con la muerte de Gore Vidal desaparece una de las figuras más importantes de la cultura norteamericana, no sólo por su heterogénea obra creativa sino por su capacidad para diseccionar con un estilo mordaz e irreverente la idiosincrasia de su país.
Novelista, ensayista y encendido crítico de las políticas contra el terrorismo, el autor de "Washington DC" (1967) -centrada en la era Roosevelt- "Burr" (1973) o "Lincoln" (1984) murió su casa de Hollywood Wills por complicaciones de neumonía, según informó su sobrino Burr Sterrs, quien precisó que vivía solo en su residencia.

Un total de 24 novelas, media docena de obras de teatro, el doble de guiones -entre ellos el del clásico “Ben Hur”-, más de 200 ensayos y la autobiografía “Una memoria” componen la variada y aclamada obra del escritor a lo largo de seis décadas.

La vida y la narrativa de Vidal estuvieron atravesadas por su temprana vocación política, acentuada no solo por su abuelo materno, sino también por ser primo del presidente Jimmy Carter y del ex vicepresidente Al Gore y hermanastro de Jacqueline Kennedy.

Nacido el 3 de octubre de 1935 en la academia militar de West Point (Nueva York) -donde su padre era instructor de aviación- el escritor cursó estudios en la Academia Phillips de Exeter de New Hampshire y con 17 años se alistó en el Ejército, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras el éxito de “Williwaw” sobre sus experiencias de guerra, Vidal conmocionó a la burguesía estadounidense en 1948 con su siguiente libro, “La ciudad y el pilar de sal”, en el que se aproximó a la temática gay y dio a conocer sus inclinaciones sexuales.

La novela está considerada la primera obra literaria del siglo XX en la que se habla abierta y detalladamente sobre la homosexualidad.

El escritor, quien participó en la Segunda Guerra Mundial –donde falleció Jimmy Trimble, una de las personas a las que más amó– se volvió el principal detractor de izquierda de la política exterior estadounidense, desde Vietnam hasta Irak.

"La única razón por la que Estados Unidos es amenazado es porque amenaza a otros. En geopolítica, como en física, no hay acción sin reacción. No hubo un 11-S. Quiero decir, nuestras políticas eran tales que forzosamente tenía que haber en el mundo árabe un montón de gente enloquecida queriendo volarnos en pedazos por los crímenes que sentían que cometíamos contra ella. Cualquier tonto lo hubiera visto venir", aseguró en tiempos de la presidencia de George Bush.

"La única cosa que siempre he querido hacer en mi vida es ser presidente”, declaró en varias ocasiones este hombre que en 1960 -por escaso margen- no logró obtener un puesto de congresista en el Estado de Nueva York, lo cual no impidió que en 1982 intentase volver a presentarse al Senado, donde obtuvo el segundo puesto.

Vidal extendió su corrosiva crítica contra el modo de vida americano a la cultura, la política o el sexo, con obras como "Myra Breckinridge" (1968), una comedia satírica sobre la transexualidad que narra la historia del homosexual Myron, que se abre paso en Hollywood tras cambiarse de sexo y convertirse en Myra.

La cuestión sexual irrumpe también con fuerza en otra de sus obras, como el ensayo "Sexualmente hablando", en el que afirma que "no existen las personas homosexuales o heterosexuales, sólo los actos homosexuales y heterosexuales" porque la mayoría de las personas -añade- "es una combinación de impulsos,..., y lo que hace cada uno con su pareja bien dispuesta no tiene significado social o cósmico".

La novela histórica, la crítica mordaz sobre el estilo de vida norteamericano y la ficción científica son los tres ejes que vertebran la mayor parte de la producción literaria de Vidal, con títulos como "Creación" o "Kalki" (1978).

Junto con Susan Sontag, Noam Chomsky o Norman Mailer, Gore Vidal está considerado uno de los intelectuales norteamericanos más críticos con la política nacional y exterior de su país, aunque con el último mantuvo sonados enfrentamientos públicos.

En lo que hace a su labor como guionista, sobresalen "Ben Hur", "Calígula", "Is Paris Burning", "Billy el Niño" o "Suddenly, last summer", junto a Tenessee Williams.

El autor de "Juliano el apóstata", "Hollywood" o "En directo del Gólgota", entre otras muchas obras o guiones cinematográficos y teatrales, se había instalado en Los Ángeles en 2003 después de residir un período de su vida en Ravello, Italia.

A lo largo de su vida, Vidal amó por igual a hombres y mujeres: la escritora Anais Nin afirma que tuvieron un ‘affaire’ y también estuvo prometido con la actriz Joanne Woodward antes de que ella se casara con Paul Newman y finalmente en 1950 conoció a Howard Austen, con quien compartió su vida hasta la muerte de éste, en 2003.

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