Los pueblos de la antigüedad inventaron los mitos
para dar respuesta a todo aquello que constituía un misterio para ellos. Así
surgieron historias que explican la creación del mundo, las leyes que rigen la
naturaleza y los límites que existen entre la vida y la muerte. Algunos
autores, como en el caso de los griegos Homero, Hesíodo y Píndaro, recopilaron
estos datos por escrito y esas versiones llegaron hasta la actualidad.
La palabra mito quiere decir “relato”. El mito es,
esencialmente, una narración pero de carácter sagrado, ya que formaba parte del
ritual religioso de los pueblos de la antigüedad.
Los mitos son de origen popular y se transmitieron
oralmente de generación en generación antes de que se los registrara en forma
escrita. Esta es la razón por la que siempre es posible encontrar diferentes
versiones de un mismo relato.
Como toda narración, el mito presenta sucesos.
Pero estos sucesos tienen carácter sobrenatural, es decir, hechos que exceden
el mundo real y natural. Por ejemplo, los descensos de Orfeo o de Ulises al Hades
(reino de los muertos) o la creación de Asgard, la morada celeste de los dioses
germanos.
De acuerdo con el hecho que desarrollan, estos
relatos pueden clasificarse en:
- Mitos del origen del cosmos
- Mitos del nacimiento de los dioses
- Mitos de la creación del hombre
- Mitos de los héroes
Jasón y el Vellocino de oro |
Además, forman parte de la mitología seres menos
poderosos que los dioses, considerados divinidades menores: como las musas o
Eros en la mitología griega.
También aparecen en estos relatos los monstruos.
Estos personajes se presentan de diversas maneras: como seres a los que les
falta un órgano, por ejemplo los cíclopes (que tienen un solo ojo), o aquellos
que tienen varios como Cerbero, el perro de tres cabezas que custodia el reino
de los muertos, o pueden ser seres mixtos como las sirenas (mitad mujer y mitad
pez), presentes en varias culturas, y Kukulkán (la serpiente emplumada de los
mayas).
Los sucesos de estos relatos que son de carácter
sobrenatural, transcurren en una época muy remota e imprecisa. Algunas
historias se ambientan, incluso, antes de la aparición del hombre sobre la
Tierra. Es decir que el tiempo de los mitos no es un tiempo histórico.
En cuanto al lugar, los mitos suelen diferenciar
entre el mundo que habitan los dioses, el que ocupan los hombres y aquel en el
que moran los muertos.
En los mitos protagonizados por los héroes,
generalmente se detalla la ciudad o la región donde nacieron porque este hecho
otorga prestigio a sus habitantes, que se consideran, de este modo,
emparentados con ellos.