Las macroestructuras (o resumen) de un texto son secuencias formadas por oraciones que apuntan a un mismo tema.
Para reducir la información de una secuencia de oraciones y obtener una macroestructura, aplicamos las macrorreglas, que son operaciones cognitivas que los hablantes utilizamos para resumir la información que recibimos.
Primera regla: suprimir aquello que no sea importante y esencial, como los detalles superfluos o secundarios. Por ejemplo, en lugar de decir “pasó una joven, llevaba vestido, el vestido era amarillo”, decir “pasó una joven” o “pasó una joven con vestido amarillo” (si es que esto último es relevante).
Segunda regla: generalizar por medio de la utilización de palabras o frases incluyentes (hiperónimos o términos generalizadores). Por ejemplo, en lugar de “libros, revistas, diarios”, decir “material de lectura”.
Tercera regla: construir una proposición de reemplace a varias acciones particulares gracias al conocimiento que se tenga del mundo. Por ejemplo, en vez de “lava los platos, barre, limpia, cocina y plancha”, decir “hace las tareas de la casa”.
Fuente: Lescano, M. y Lombardo, S. Lecturas y escrituras. Lengua y Literatura 2. Polimodal. Ediciones del Eclipse. Buenos Aires, 2000.